My country

Argentina es un país donde la belleza física de su relieve es acompañada por la calidez de su gente, con una pizca de viveza criolla, y sazonada con un mínimo de incertidumbre…
Más allá del egocentrismo del que se los acusa, los argentinos hacen todo por agradar al visitante.
A pesar de surfear constantemente los avatares del gobierno que los rige, estarán siempre dispuestos y con esperanzas para salir adelante. Con pilares como la amistad, la familia, el fútbol, el mate, entre otras cosas, los argentos son sujetos sociales, a los cuales les agrada compartir un momento agradable con otras personas.
Su sociedad es un pedigrí entre europeos, nativos americanos e inmigrantes de países limítrofes; que creó una identidad cultural a través de los distintos aportes de las diferentes etnias. Mate a mate, conocerá sus tradiciones, y la historia de un país que a los golpes se hizo. Detrás de sus ritos subyace un legado imborrable para la memoria colectiva.
Todo esto condiciona a que el argentino, cuando tiene que defender el celeste y blanco; frente a otro país -a través de un partido de fútbol, de una guerra, o contra una papelera-, o a una amenaza interna; no duda en salir a la calle con su cacerola o a tomar unos mates al calorcito de una goma quemada en el medio de la ruta, para reclamar lo propio.
Puede que a veces lo encuentre contradictorio, pero siempre tratará, en cierta medida, de reparar sus errores…
Turísticamente, esta variedad de identidades individuales que se fusionan en una, podrá ser encontrada en cualquier esquina del país sudamericano.
En otras palabras, podrá usted encontrar un restaurante de fachada arquitectónica europea, que tenga un show de tango y encima, ofrezca como plato estrella asado, en pleno Buenos Aires y que su mozo tenga acento correntino. Sí, señores, es todo posible.

Maggie AQ