Casi una despedida.
Y luego me preguntaste qué eras para mi. ¿Acaso no lo sabías, acaso nunca te lo había dicho antes? Sí, pero no me habías entendido. Y la canción de las letras que se alinean para sanar el corazón tieso de tu enojo, quebrantaron tu seriedad y brotó una sonrisa. Que despertó una frase tan bonita, tan simple pero bonita; que hasta vos perdiste las razones de un adiós y besaste mi miedo con el cariño más profundo
Maggie AQ